viernes, 25 de febrero de 2011

Y si...

Debo reconocer que hace bastante tiempo que no escribo absolutamente nada. Mi vida ha cambiado en ciertos aspectos y ahora estoy convaleciente en casa debido a una operación. Admito que mis prioridades han cambiado en cierto modo, pero por dentro siguen las mismas dudas respecto a mi vida. Quejarme porque no es lo que yo espero de ella es ridículamente fácil, pero no puedo evitarlo, o en cierto modo no quiero.  Al cerrar los ojos veo claramente lo que deseo y lo que no, pero al tenerlos abiertos realidad y ficción se mezclan como en una película sin sentido americana, en la que ya no sabes que creerte. Es posible que nadie entienda de lo que estoy hablando, y en parte espero que así sea. Porque si no me sentiría la persona más ridícula del planeta.

Añoro ser la princesita de la casa  y sentirme protegida las 24 horas del día por mis padres, sin miedos ni monstruos debajo de la cama. Ahora esos monstruos son más inteligentes y se esconden en nuestras mentes, devorando nuestras ilusiones y fomentando los miedos. Dicen que es fácil deshacerte de ellos pero yo debo decir que no lo consigo con la facilidad que a mí me gustaría. No te dejan vivir cada experiencia al cien por cien, y siempre llegas a casa con esa sensación del  “Y si...”.

Prometo intentar no pronunciar nunca más ese “Y si...” y simplemente lanzarme y vivirlo todo a mi manera.

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